Escucho ‘Neda’. La escucho
sin imágenes. Me eriza la piel. Me cierra los ojos. Recurrente. Los conecta con la garganta, y la garganta con el pecho, y el
pecho con el vientre. Giro y giro sin parar con los ojos cerrados, intentando encontrarme.
¿Cómo te llamas? Me llamo Neda, que significa voz. Voz.
Y mi voz nace del vientre.
Voz, María, voz. Deja de flotar tranquila en el pozo de
dentro. No te recrees en las paredes ni en las barandas verdes que conforman
tus costillas.
Voz, María, voz. Sal a la calle, descansando los ojos que
buscan ventanas. Trepa, María. Trepa hasta la boca. Vístete hermosa con el
vestido nuevo. Búscate una tapia con sombra y apóyate en ella conformando
un cuadro pintado. Siéntate debajo de un árbol. Sonríe mareas.
Voz, María, voz. Compra cajas para guardar tus cosas. Tu ropa,
tus libros, tus piedras pintadas, tu árbol de los deseos, tu mujer al viento, tu bailarina dorada.
Voz, María, voz. Siéntate en las cajas cerradas. Disfruta de la cima de esta montaña. Recuerda que eres alpinista
de sueños. Riega las plantas.
Voz, María, voz. Píntate el cuerpo con un encaje de henna. Pasea por la casa
desnuda. Desnuda, María, sin miedo al cuerpo vivido.
Voz, María, voz. Levántate y anda con tus dos manos y tus dos rodillas magulladas. Olvídate del arpa olvidada en el ángulo oscuro.
Voz, María, voz. Para seguir escuchando. Para seguir siendo
consciente de ti. Con todas tus miserias y todas tus grandezas. Para no olvidarte.
Voz, María, voz. Cuando puedas, deja de flotar en tu pozo adornado de nenúfares, de cortinas doradas. Deja de flotar y mira hasta que
consigas alejarte del espejismo de los muros de las ciudades invisibles. Trepa
el verde, Neda. La luna en tu ventana.
Grita, María, grita. Grita, María, grita tus desiertos. Grita
tu nombre. Corre, hasta que cada célula vuelva a respirar.
Vomita el agua, María. Sin vergüenza de hacerlo. Para no
ahogarte. Para que nazcan ríos en África.
Voz, María, voz. Hasta que sea otra vez azul. Muy azul.
No te mueras, Neda. Resiste. No te venzas. No encuentres tu lugar en un mundo pequeño.
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